19 de octubre de 2018

El dia que cambio mi vida.

Si, si, lo se, me desaparecí por un largo periodo y de verdad, lo lamento muchisimo, estaba en temporada de examenes y no tenia tiempo, pero ahora que he vuelvo, les pido una disculpa y regresare a publicar, se los prometo, sin mas de momento, disfruten de esta historia.

Siempre supe que me había equivocado de cuerpo, siempre sufrí el rechazo de las mujeres; nunca tuve suerte con ellas. Pero al llegar a la universidad fue distinto, conocí a Elena; era mi compañera de clases. Me la presento mi amigo, ella era muy bonita; sentía alguna atracción física y sentimental. En cada clase no podía dejarla de mirar su sonrisa, su rostro que me cautivaba; sus ojos; labios y boca. Cuando pasaba caminando enfrente de mi, me daban ganas de ver sus pompas; algo que no sentía por otras mujeres. En las noches soñaba que la besaba y abrazaba, por el día ella se sentaba a lado de mi; pensaba solo tener la oportunidad de tomarla de sus manos; pies o de su cintura. Quería tenerla en mi cama, tocar su cuerpo; sentir su vagina dentro de mi; pero solo eran fantasías; ella no estaba enamorada por mi; pero solo seria por muy poco tiempo para tenerla es mis manos. La había invitado que me acompañara en donde estaba  mi departamento, tenia un plan que cambiaria nuestra vida; habíamos llegado. Empezamos a platicar, sobre que me gustaría abrazarla y besarla; ella me pidió que no volviera a tocar ese tema. Intente abrazarla solo escuche su rechazo, -¡Que te pasa!-. Dijo ella. Sabia que seria su respuesta, deseaba a Elena; no lo podía negar. Siempre soñaba que me diera esa oportunidad de que fuera mi chica, pero siempre recibiría su rechazo. -Elena, ¿Por qué no me das una oportunidad?-. Dije yo. Su respuesta fue lo que detono, en tomar una decisión. Un novio, alguien mas había logrado; lo que yo buscaba. Coloque mi mano dentro de mi bolsa del pantalón, logre sacar un frasco y empecé a tomar. -Elena, si no eres mía por las buenas; será por las malas-. Señale. Ella estaba algo incomoda y temerosa por mis palabras, por mi comportamiento; empezó a decir que se retiraría de mi departamento. No lo iba a permitir, la tome del hombro; solo me grito. -¡Suéltame, Luis!-. Dijo Elena. Por la fuerza la empecé a besar, ella empezó a luchar; pero era parte del plan; algo dentro de mi cuerpo cambiaba sentía como mi lengua se desprendía. Ella luchaba en cerrar su boca, conduje un golpe en la boca del estomago; no lograba respirar. Abría la boca, sin resistencia; cayendo al suelo. Me coloque encima de ella, empecé a introducir mi lengua dentro de su boca; fue cuando sentí como perdía; la conciencia; pero mi lengua se desprendía y introducía dentro del cuerpo de mi amor Elena.  Mi cuerpo había quedado vacío, sin cerebro y lengua;  colapsado en el suelo; la pócima que me habían vendido; era autentica. Elena solo podía ver y sentir lo que estaba sucediendo, se encontraba asustada; mi lengua se había introducido por su boca y deslizado por su garganta; esparciendo por su cuerpo. Elena se coloco de pie, se encontraba en pánico; no sabia que hacer; mi cuerpo tirado sin movimiento en el suelo. Estaba desesperada no entendía que le habían hecho, empezó sentir como unos choques eléctricos circulaban por su cuerpo; su mente empezaba a tornar pesado. Empezó a escuchar mi voz en su mente.-¿Qué me has hecho?-.Dijo ella. Sentía como sus brazos y piernas se adormecían. Empezó a gritar, por ayuda; perdía el control de su boca y de su cuerpo completo.-Deja de resistirte, ahora me he convertido en ti; disfrutare bien de tu cuerpo; te lo prometo.- Dije yo. Empecé a sentir emociones diferentes, recuerdos que nunca había vivido; una forma de pensar distinta. Desperté algo confundido por la orientación, una adrenalina circulaba en mi cuerpo; sentía como mis pezones se colocaban duros. Estaba en pie, lograba sentir el peso de mis pechos; eran grandes desarrollados; era un sueño hecho realidad; ahora era Elena tenia su cuerpo. Me gustaba, solo pensarlo me calentaba; empezaba excitarme. No dejaba de menear mi trasero, me colocaba de puntilla para resaltar mis gemelas; apretaba mis senos los cuales eran suaves. Mi rostro lo acariciaba, como mis piernas; introduje mi mano dentro de mi pantalón; para tocar mi vagina; era diferente  al de un hombre. Mi voz era suave conservando el tono y acento original de mi novia. Mis manos eran pequeñas, sin cayos; mi piel suave. Mi cintura pequeña, con grandes caderas y un bonito ombligo.  Estaba feliz,  era virgen; aun no probaba el sentir una polla. Revise en mis recuerdos para ver que me podía ofrecer, descubrí que me había mentido sobre su novio; no tenia novio. Había cometido un error, pero me acorde de su vecino; era mayor que yo; el era perfecto para mi primera vez; pero lograba escuchar a Elena en mi mente. -Salte de mi cuerpo Luis, este es mi cuerpo-. Dijo Elena. Abrí en un cajón, en donde saque un espejo de mano, me senté de una manera femenina con las piernas cruzadas; escuchaba los reclamos de Elena y yo solo estaba mirando mi rostro. -Cual Luis, solo esta Elena-. Dije yo. Me gustaba la sonrisa y risa sínica que realizaba enfrente en el espejo, colocando diferentes gestos kawaii; me sentía  bonita y hablando enfrente del espejo -No seas ridículo, ella soy yo- Dijo Elena. – Este cuerpo es mío, Mi nombre es Elena; tengo una mama maravillosa que me espera en casa y mi perro kuma que debo  llevarle de comer; aunque mira como disfruto mi cuerpo; pobrecita no sabes quien soy yo.-. Exclame, con una expresión de triste al final. Elena la empecé a ignorar, lo cual no la lograba escuchar; camine fuera de mi departamento dejando mi cuerpo tirado en el suelo; olvidando mi antigua vida;  Luis ya no existía; ahora solo era Elena. Camine rumbo a mi casa, me gustaba mi forma de caminar  con mi cuerpo; caminaba tan derecha que resaltaba mi busto; mis moviendo de caderas eran hermosos; contaba con los ademanes del dueño. Era increíble, ver que la gente me miraba y no sospechara lo que le había ocurrido a esta chica, los hombres volteaban discretamente para ver mi culo y tetas; al pasar cerca de ellos; me hacían sentir sexi. Tenia un buen culo, a mi me gustaba verlo; ahora era mío y me gusta que me lo vieran. Lograba percibir los sentimientos de la antigua dueña, de repudio y asco; al ver de la manera sádica disfrutaba que observaran o acosaran su cuerpo. Había llegado donde ahora seria mi casa, estaba a fuera mi vecino; que solo se la pasaba acosando a las mujeres; un hombre sin provecho y vicio. Estaba convencida, quería sentirme como una mujer completa; era el hombre correcto para entregar mi tesorito. Me acerque hacia el; le dije que si se podía acostarse conmigo. -Jorge, quiero me agás tuya; estoy caliente-. Dije yo. Con una sonrisa y mordiendo mis labios de antojo, solo me  devolvió la sonrisa; le invite que entrara a mi casa. Jorge no rechazo mi propuesta, me traía unas ganas por un largo tiempo; había admirado como mi cuerpo se había desarrollado de una niña a señorita. Sabia que no había nadie en casa, lo tome de la mano y entramos juntos; lograba sentir como mi corazón no dejaba de latir duro de la emoción. Empezamos a subir las escaleras, lograba ver que no quitaba sus ojos de mi culo, sentí como me proporcionaba una nalgada por la espalda; me detuve por un instante al subir,  pero luego solo continúe sonriendo y mordiendo mis labios. Dentro de mi cuarto empezamos a desnudarnos, era fabuloso en la manera que lograba desvestirme; no tenia dificultad en quitarme el brasear. El no me quitaba la mirada, apropósito me agache para que viera mi culo  con forma de corazón; quitándome mi fina tanga que tiraba al suelo; el admiraba mi bello cuerpo desnudo que contaba; ahora me había convertido en una mujer y ya no era  la niña de hace años  jugaba con sus muñecas. Con una voz de niña buena le hice saber  que aun era virgen; Jorge sonriente por que seria el mi primer hombre en la cama; saboreaba los segundos  para probar cada centímetro de mi. Camino cerca de mi; para agarrar mi tanga y olerlo. Se detuvo para colocar un condón, para protegerme. Lograba ver como su miembro se colocaba erecto, estaba tan grande; que mi cuerpo reaccionaba al verlo. Al acercarse tome con mis pequeñas manos su miembro para arrancarle el condón. -Quiero sentirlo al natural, sin protección; pero ¿Me va a doler?-. Dije. Sorprendido, con mis palabras. -No te dolerá, te gustara y pedirás que te de mas-. Dijo Jorge.. Me tomo de la cintura, lentamente de mi nalgas frías y oliendo mi cabello hasta mi cuello. Inicio besándome y excitarme; sentía como empezaba a comer a besos a esta boquita, era la primera vez que me besaban, mi lengua era tierna y vulnerable ante el; me hacia sentir su prisionera; sin aviso empezó a introducirme su lengua dentro de mi boca; jugueteaba su lengua conmigo; acariciaba su lengua con la mía; alterando movimientos suaves y otros bruscos; logra sentir como exploraba mi boca; volvía a lamer mis labios y alternaba todo con alguna otra mordida eróticas en mis labio inferior. Decidió introducir su lengua mas al  fondo de mi garganta, solo me aferraba de su cuello; los besos húmedos que recibía; estaban cargados de saliva que me gustaban; sus manos sin permiso no dejaban de darme acaricias por todo mi cuerpo. Me dejaba sin palabras, mi cerebro se reseteaba o reiniciaba; al fin me sentía como una mujer; mi vagina la sentía lubricada. Me tomo y cargo de la cintura; para tumbarme en la cama; con las piernas bien separadas; deslizando su rodilla entre mis muslos; colocaba sus muñecas por encima de su cabeza. Me hablaba sucio al oído, al estar nuestros cuerpos tan cerca podía susurrar todo lo que me iba hacer. -Pronto vas a estar gritando mi nombre cuando te lleve al orgasmo-.Dijo Jorge. Lentamente empezó a penetrarme; empecé a sentir un dolor en mi vagina que se convertía en placer; me ardía en mi zona intima; su miembro lentamente entraba. Era emocionante lograr sentir como abría paso en mi interior con su pene y lograba albergar por completo dentro de mi. Pedía que fuera mas rápido y duro, que no se preocupara; lograba escuchar y sentir como entraba todo su miembro  chocaba contra mi vagina; la cual sangraba. Me dolía pero no quería que se detuviera, era excitante; placentero; lograba sentir por primera vez orgasmos; provocando que se me escaparan gemidos. -¡Jorge!-. Grite. Había logrado sentir mi punto g; al deslizar rápidamente se activaba mi zona; mi clítoris esta tan estimulado; que perdí el control de mi cuerpo. Me encanta sentir en  tener un hombre en la cama que me sometiera y dominara, con mi cuerpo frágil y delicado. Escuche que si estaba segura, que se corriera dentro de mi. -¡Si!-. Emocionada dije. Sentí como me inyectaba su semen dentro de mi, era un liquido caliente; estaba a avergonzada; feliz; emocionada y pervertida al sentir por primeras que hayan eyaculado dentro de mi. Decidí cambiar de posición, deseaba hacerle de vaquerita; Jorge se sentó en el sillón y me monte  sobre el. Lograba sentir que yo contaba con el control, era fuerte y poderosa. Introduje yo misma su pene dentro de mi; el me ayudaba a mantener el equilibrio agarrándola de las caderas mientras le cabalga. Nos la pasamos por horas, acabamos exhausto; estaba bien satisfecha. Me había gustado, fue algo increíble. Jorge se había retirado, yo solo no dejaba de mirarme en un espejo, me sentía bonita; quería que fuera mañana para ir a ala escuela. Había esperado por mucho tiempo para vivir esta experiencia. Al siguiente día, estaba lista para ir a Universidad; mi mama había dejado mi gastada en la mesa.  Salí de mi casa con la mejor ropa coquetona, que tenia. Elena estaba lista para un día mas. Esta fue mi historia de aquel día que cambio mi vida.

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