Una nueva novia para Daniel.

-Vamos viejo, esto se te verá genial, y estoy seguro que a las chicas les fascinan este tipo de cosas en los chicos, ¿que perderás? Además, es un regalo de mi, tu mejor amigo, nada malo te sucederá.- Decía Daniel hacia Raúl, quien estaba tratando de regalarle un anillo el cual tenía una linda joya en el centro la cual tenía un símbolo chino bastante curioso. Después de un largo rato de insistir, Raúl acepto de mala gana el anillo de su amigo para ponérselo y aunque sentirse ligeramente raro, seguir como si nada.

Lo que Daniel en realidad tramaba al regalarle ese anillo era lo que sería el comienzo de una transformación. Daniel siempre fue un chico delgado el cual tenía un cuerpo ligeramente atlético, cabello castaño y una mirada ligeramente sería y extraña, pero que siempre perteneció al grupo de los raritos, lo que siempre hizo que le fuera pésimo con las mujeres, ahí fue donde el conocio a su gran amigo Raúl, otro chico de cabello negro, un poco gordo que utilizaba lentes y siempre fue un tanto tosco para las cosas, a quien por igual siempre le fue mal con las mujeres.

Un día, como de costumbre, después de haber sido rechazado nuevamente, Daniel decidio ir hacia su casa, se encontró con una señora anciana quien no podía cruzar la calle a causa de que los vehículos no la dejaban, Daniel inmediatamente ayudo a la señora a pasar a lo que ella alegre le agradeció -Muchas gracias querido, eres muy bueno por ayudarme, ojalá alguna dama viera en ti esa bondad- decía la señora viéndolo a los ojos con mucha alegría. -Vamos, solo fue una ayuda pequeña, no es para tanto- decía nervioso, puesto que aquella frase lo hizo decaer ligeramente ya que nuevamente fue rechazado. La señora inmediatamente decidió que el chico la acompañara a un callejón donde nadie los viera, justo ahí, la anciana abrió su bolsa e inmediatamente Daniel sintió algo extraño, la mujer decidió darle un paquete de color amarillo y sonriendo nuevamente con calidez y bondad únicamente le dijo -No abras esto hasta llegar a tu casa querido, adentro viene lo que debes hacer y mientras, espero lo disfrutes, cuídate mucho!- decía la mujer para desaparecer entre las sombras, Daniel, asustando y confundido decide irse hasta su casa, donde abre el paquete y únicamente ve las ropas de una chica junto con una nota que decía

 "Te mereces esto por ayudarme muchacho, estás ropas están hechizadas, nisiquiera se te ocurra usarlas puesto que la maldición caera en ti, cada prenda está maldecida de manera distinta y para que surtan efecto deberás entregarlas una cada semana, puesto que ese será el tiempo que harán el cambio, con estás ropas a el hombre que tú decidas se volverá tu pareja perfecta, ella cumplirá todos tus estándares y siempre te será fiel, sin embargo, la condición es que esa persona debe ser un amigo tuyo y deberás contarle de manera indirecta que posees estos objetos un día antes de dárselos, un amigo por una pareja eterna, justo ¿No?." En el momento que termino de leer pudo escuchar una ligera risa y no pudo evitar sentir un escalofrío e inmediatamente pensar en su amigo Raúl -Asi que un amigo por una pareja eterna... ¿Eh?...- dijo como última frase antes de empezar a idear la manera que el entregaría todo a su amigo y así, ambos poder ser felices.